sábado, 1 de noviembre de 2014

Música por encargo



Algunas veces, los juglares que deambulaban cantando canciones jocosas y haciendo reír al pueblo alcanzaban tal notoriedad que los señores feudales acababan interesándose por ellos y encargándoles música para uso propio. Ese fue el caso del famoso Marcabrú o el aún más interesante caso de Bernard de Ventadorn que, por dos veces, logró enamorar a las señoras a las que debía servir con su música, cosa que, naturalmente no gustó nada a los maridos que le habían contratado y le despidieron inmediatamente. Ante la difícil perspectiva de que algún otro noble quisiera volver a contratar sus servicios, Bernard de Ventadorn acabó ingresando en una abadía de la orden de Dalón.

Una divertida parodia de el uso de juglar para rondar a una dama, aquí.

ACTIVIDAD:
1. Explica lo que es un juglar y describe cómo es la música que hacían.
2. Explica brevemente lo que sucede en la parodia que acabas de escuchar.

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